Yo siempre he querido ser como el artista antes conocido como Prince.
Primero he conseguido ser famoso y que la gente me imite.
Ahora, sólo tengo que cambiarme el nombre. Como cualquier cambio de denominación (incluso de origen) debe ser bien meditada, he estado pensando que lo mejor es volver siempre a las raices, a los inicios y a las primeras intenciones (que no son otras que incordiar, fundamentalmente a la organización) y resurgir cual Ave Fénix.
Es por ello que dejo de ser Anónimo a partir de este momento y paso a ser
La Ladilla de La Organización, antes llamado Anónimo.
Saludos, amigos!
LLdLOallA.
jueves, 3 de enero de 2013
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